domingo, 25 de enero de 2009

Abalorios de Enero

Corrì lo màs ràpido que pude (que a decir verdad no es mucho), pero de todas formas perdì el bus.Cuando lleguè ya estabas ahì, sentado, dàndole la espalda a la ciudad y los ojos al agua.
El rojo casi lìquido del sol del atardecer se mezclaba con el de tu pelo, siempre perfectamente desordenado y l e daba un brillo especial al àmbar de la botella de Patricia sentada a tu costado derecho.
Un artesano interrumpiò el abrazo del saludo para ofrecernos preciosos abalorios para adornar las orejas.Terminamos compartiendo la cerveza entre los tres y èl contàndonos los secretos de su arte...
Guardè la tapa de esa primera botella de la tarde como recuerdo de una agradable rato. Despuès de todo Enero en Montevideo no està tan mal...