"Hay que ser valiente para pelear con tu sombra"
WOS.
M camina hacia mí a paso lento pero seguro. Se detiene justo enfrente, hace días que no nos vemos y mucho que no nos juntamos a caminar y conversar, así que cuando se desinfla en un suspiro en el abrazo, me doy cuenta que también extraña esos ratos compartidos. Empezamos la bajada rumbo a la rambla. Pasan cuadras y cuadras en silencio. Se que tiene algo que decir y también se que le cuesta así que espero paciente. Cuando vislumbro el agua el corazón me da una patadita de alegría.
El sol está bajando y no quiero perdérmelo así que nos sentamos, le doy la espalda a la ciudad, él al río . Se saca la capucha y sube los lentes a la cabeza. Un grupo de personas corre y los ojos de M lo siguen con la nostalgia de alguien que se ve momentáneamente impedido de hacer lo que ama.
El sol se hunde y los rayos rojizos cual filtro de instagram causan un efecto extraño al rededor de su cabeza, una especie de corona de fuego. Es uno de los primeros días cálidos a pesar de que estamos en octubre y se ve obligado a sacarse la campera. En su brazo izquierdo se asoma el film que indica un nuevo tatuaje. La curiosidad me puede y levanto la manga para ver. Un montón de trazos geométricos y colores mezclados con sangre aún, estallan en el pálido de la piel: Kandinsky. Toco el relieve - ¿Te duele?
Niega con la cabeza y vuelve a bajar la manga. Más abajo, en el mismo brazo, un surco violáceo oscuro llega hasta la muñeca, un relieve que nunca se va, un recordatorio eterno del dolor, una pausa en la vida.
¿Y ahí? - pregunto señalando la cicatriz.
- Ahí si... todos los días -