martes, 23 de febrero de 2016

Domingo, casi mediodía.


Entra en la cocina anudándose  el delantal azul. De a poco, las  legumbres y las especias van poblando la mesada. En las paredes  rebota el "toc-toc"de la cuchilla que bailotea, y deja a su paso un rastro de colores. La cebolla te arranca un par de lágrimas que se balancean en  las pestañas y caen, una resbala por un costado de la nariz, y se desintegra en la barba apenas crecida, la otra bordea el ojo y muere absorbida  por una servilleta de papel.
Entre  mate y mate el rictus propio del mal humor matutino se diluye y deja paso a una media sonrisa (alivio).
Ahora que ya todo está  encaminado es tiempo de un break . Rumbo al patio, el gato se nos  adelanta y se estira precioso, antes de salir al sol. Lo imito sin siquiera acercarme a su gracia. Miro el cielo, respiro  profundo. Las flores de nácar, endulzan el aire de domingo casi mediodía.