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Asustado bang, final de un cuento breve como la pitada-beso que compartimos con el filtro.
El ardor del fòsforo se apaga. No lo soples.

Addicted to Buenos Muchachos.

“El sonido viene desde la barriga, directo a las dendritas del oído, directo al centro del corazón. Sólo textura de notas, textura de placer para los gatos encerrados en bolsas, en los días cuadrados y las enfermedades sintéticas. Es la angustia brillante, es la angustia brillante, es la angustia brillante... Sólo notas que activen dendritas contra el bicho feo”.



Soy adicta. Después de casi un año de rehabilitación creí que ya no iba a volver a recaer. Creí que la rehabilitación finalmente había funcionado. Pero no. Me equivoqué. Fue inútil.
Ayer, cuando vi la versión en vivo de De Banda , en la Sala Zitarrosa, que empieza con Pedro Dalton diciendo las palabras que se leen más arriba me di cuenta que mi adicción a Buenos Muchachos no tiene remedio.