miércoles, 1 de abril de 2009

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Cuando me abriò la puerta estaba tomando cafè.La taza era blanca, con arabescos azules, un diseño que recuerdo haber visto en algùn mailing de Tienda Inglesa.
Unas hebras de humo subìan desde el recipiente, se enrredaban con un mechòn que se escapaba de su peinado y sòlo por casualidad no desembocaba dentro del mug. Ese mechòn...si pintara dirìa que se trataba de una negra ondulaciòn hecha con la presiciòn de un artista ; si fuera una poetiza podrìa decir que se trataba de un chorro de la mismìsima noche derretida, pero como no soy ni la una, ni la otra sòlo puedo reafirmar mi teorìa de que la belleza se hace presente cuando menos lo esperàmos...