domingo, 10 de abril de 2016

Sólo fotografías.

El ojo izquierdo se cierra con fuerza, las arrugas que lo rodean se acentúan y extienden como rayos de sol. Suena un click y después otro. Baja la cámara para ver el resultado y se queda así,  con una rodilla apoyada en el suelo y la otra suspendida en el aire. Me acerco despacio, el agua arrasa con la arena bajo mis pies  haciéndome tambalear, me apoyo en su espalda para no caer y casi le hago perder el equilibrio. Me lanza una guiñada cómplice,que dulcifica lo embarazoso de la situación. Miro por encima de su hombro las  preciosas imágenes capturadas, mientras  juego con las vértebras que,como escalones, sobresalen del cuello de la remera. Descarta un par de fotos  y se incorpora. Hace frío,  ya es otoño y el día  se está  yendo . El cielo se tiñe de un rojo espectacularmente bello. Dispara una, dos, tres veces más  y emprendemos el regreso, así, agradecidos y en silencio.

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