Despierto de la siesta y todo lo que era risa y alegría con ese vino demás en la sobremesa, se convierte en sopor de duda y tristeza. Creo que por eso casi nunca tomo, pero lo recuerdo tarde ,justo en el momento de abrir los ojos y sentir esa pesadumbre insoportable, mezclada con ladridos y el ruido de varias cortadoras de pasto sonando a la vez...para mi, ese es el verdadero indicio de que el verano está cerca y por supuesto odio el verano.
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