"Yo tengo tatuado tu abrazo en el mío, gracias por aparecer"
Luciana Mocchi
La brisa congela y eso que son los primeros días de otoño, vine de sorpresa, rogando que mis piernas resistan la bajada hasta la rambla. A contraluz y a un semáforo de distancia te veo estirar con la gracia de un bailarín de ballet . Envío un mensaje mientras espero que la luz me habilite. Gira, mirando a ambos lados y después hacia donde estoy. Abre los brazos y da una patadita al piso en señal de protesta, pero la sonrisa y el abrazo largo (va a tocar esperar nuevamete el semáforo) demuestra que mi inesperada presencia es bien recibida. Y cuando ese abrazo se prolonga otro y otro semáforo, y los suspiros se extiende, claramente, la visita fue oportuna...
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